Buenos Noches!
Desde la
Provincia Vírgen de Caacupe, del área Académico – Pedagógica y Directivo
–Organizativo complementamos este aporte con lo que ya planteó Luisa del
área Formativo –Pastoral.
Entendemos que
una Escuela en Pastoral es aquella en la que toda la organización gestiona con
criterios evangélicos, en esta escuela la pastoral ilumina, orienta,
da sentido y coherencia a todo lo que tiene que ver con la acción
educativa, y cada miembro de la comunidad educativa se siente y vive como
agente de pastoral. Esta concepción, supone
sobre todo un currículum impregnado por la pastoral, en sintonía con
los criterios evangélicos.
Considerando esta concepción de Escuelas en Pastoral y mirando la realidad
de las instituciones de nuestra provincia, les compartimos que desde fines del
año pasado hemos iniciado un proceso de revisión, refexión y análisis sobre la
gestión de la pastoral en los centros; sobre todo hemos analizado a qué distancia
estamos de ser una escuela en pastoral, dónde está centrada la fuerza y
que impacto tiene cada una de las líneas de la acción pastoral en la gestión
pedagógica de nuestros centros y sobre todo en la vida de nuestros alumnos.
Esta experiencia de reflexión y análisis ha sido el punto de partida para
empezar a cuestionarnos prácticas, creencias, estilos de gestión y hasta el
funcionamiento de nuestros centros; al mirarnos al espejo de esta realidad
constatamos que aún necesitamos superar la figura de una escuela con
pastoral, con un equipo exclusivo centrado en cubrir actividades
“religiosas” Cuartos de Hora, Buena Nueva, retiros, jornadas, dirigir
celebraciones de misas, organizar las misiones, etc. una escuela donde la
pastoral es responsabilidad exclusiva de un equipo de personas y los demás
se dedican a las "acciones pedagógicas".
Para superar esta realidad, empezamos a soñar, pensar y diseñar
un proceso que nos permita convertirnos en una comunidad
educativa centrada en el alumno, con un currículum iluminado por los
criterios evangélicos y conectado con la vida y con la realidad. Estructuramos este proceso en etapas:
1. MISIóN. Construcción del modelo de persona: partiendo de un profundo deseo de generar el cambio en nuestras comunidades educativas, de soñar con escuelas centradas en el alumno; imaginamos y describimos; qué mundo vamos a vivir aquí en Paraguay dentro de 10 años y qué mundo van a vivir nuestros alumnos dentro de 10 años , también pensamos y detallamos cómo debe ser la persona que vive y vivirá en ese mundo, nos basamos en nuestros documentos rectores, la Propuesta Educativa Teresiana y el documento conclusivo del VECAM.
En este momento nos encontramos recogiendo y sistematizando los aportes de
los centros y de los diferentes estamentos para terminar de
caracterizar los atributos de la persona que deseamos formar. Nos
parece importante clarificar que nuestra propuesta plantea la construcción del
MODELO DE PERSONA que defina a la comunidad educativa, es decir, todos los
miembros de los centros educativos, (directivos, técnicos, docentes, alumnos,
padres, administrativos y personal de servicio) deben desarrollar los atributos
que describen al modelo de persona.
2. Nivel
de IMPACTO, en base al modelo de persona vamos a
definir el conjunto de impactos que pretendemos provocar en el alumno que
educamos y en la comunidad educativa. Este IMPACTO vamos
a expresarlo en aspectos que tienen que ver con la vivencia de la espiritualidad,
los valores y las actitudes, los marcos mentales, hábitos, los niveles de
aprendizajes, comportamientos. Confiamos que el modelo de persona al
que apuntamos puede ser posible en el aula, en la organización, en la cultura
organizacional, en el estilo de gestión.
3. Concretar
Modelos y Metodologías, definimos los elementos metodológicos que vamos a
implementar para educar y desarrollar el modelo de persona que definimos.
(Modelo pedagógico, organizativo, de gestión, de espacios físicos). En
esta etapa se planteará la revisión del currículum, se tratará de
instalar un proceso de tal manera que los elementos del curriculum sintonicen
con los criterios evangélicos.
También se
pretende instalar un estilo de gestión pedagógica que tienda a que el
alumno descubra su proyecto vital y a su vez, el
educador revitalice su proyecto de vida.
4. Pasar
a la Acción, en esta etapa pretendemos que toda la comunidad educativa
se movilice, liderando procesos de investigación –acción y combinando la
simultaneidad y la secuenciación en el proceso según sea conveniente.
5. Resultados, expresados
en competencias, habilidades, conocimientos, actitudes y valores logrados en
torno al modelo de persona definido.
6. Evaluación: Pretendemos
instalar una evaluación de proceso y de impacto. Evaluación de
proceso: para determinar en qué medida se realizó lo que que se ha
programado. Evaluación de impacto: para medir si se ha logrado el
impacto esperado. A qué nivel de impacto se llegó con relación al modelo
de persona definido.
Aclaramos que
todo esto ha sido enriquecido por el proceso de innovación educativa que
estamos llevando adelante con los Jesuitas y el aporte
y asesoramiento de Xavier Aragay ha sido clave e iluminador.
Esta experiencia es totalmente nueva y desafiante, tal vez, necesitemos retomar procesos o revisar decisiones, pero somos conscientes de que “…el tiempo urge y apremian las circunstancias”, nos lanzamos y hacemos camino al andar; el trabajo en equipo, la unidad de criterios y la articulación de acciones de cada una de las áreas del equipo de gestión de la provincia constituye una gran fortaleza.
Las experiencias que se van desarrollando nos van dando luces en el proceso, nos ayuda la sistematización que vamos haciendo del paso a paso y nos inspira, nos impulsa y nos compromete la HERENCIA que nos dejó un gran SOÑADOR Enrique de Ossó, que vivió profundamente la problemática social de su época y concibió a la educación como medio para regenerar el mundo, confiamos en que sabremos honrar este legado.
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