sábado, 15 de julio de 2017

SIGNIFICADOS COMPARTIDOS. ESCUELAS EN PASTORAL-EVANGELIZACIÓN DEL CURRÍCULO- CONCLUSIÓN

Al concluir los aportes sobre Escuelas en Pastoral y Curriculum Evangelizador no quisimos sintentizar  ni  las reflexiones  compartidas, ni  los procesos en que se encuentran  como Provincias, pues cada búsqueda compartida es válida en sí misma, nos ayuda a confirmar los propios caminos y a impulsar lo que nos falta, finalmente de eso se trata de compartir no sólo significados, sino procesos, vivencias, iniciativas, creatividad como respuesta a la Misión Evangelizadora que se nos ha confiado en la Escuela Teresiana. Si buscáramos algunas conclusiones o puntos clave de la Escuela en Pastoral les remito a lo escrito a propósito del Encuentro Continental de la Pastoral Educativa en Ecuador, humildemente creo que las conclusiones de ese Encuentro los hemos asumido desde  nuestra Propuesta Educativa Teresiana en su fin y propósito para la educación teresiana y desde el V ECAM como camino metodológico para responder a las nuevas exigencias de la educación, asistidos por el Espíritu y acompañados por Teresa y Enrique de Ossó.
Sin embargo vuelvo a colocar aquí algunas acentuaciones que hay considerar como para agradecer la participación y seguir apostando desde nuestra identidad teresiana a la riqueza evangelizadora de la Escuela en el Continente; 

Jesús es la clave de toda Escuela en Pastoral, él  sigue presente en esta humanidad y desde  los niños, niñas, jóvenes y comunidades educativas nos sigue interpelando y llamando a construir el Reino de Dios con ellos y ellas.

La Pastoral Educativa es una dimensión que atraviesa transversalmente toda la escuela, desde la gestión hasta el currículum; y en acciones que, asumiendo las estructuras, metodologías y didácticas propias de las ciencias de la educación, anuncian a los hombres y mujeres de hoy la alegría del Reino y se comprometen con ellos en su transformación social. 

La centralidad de la persona humana en la propuesta educativa. La relación pedagógica como mediación de la evangelización de la cultura y la inculturación del evangelio, tarea y desafío que está llamada y apuesta por la  formación de generaciones capaces de encontrar a Dios en lo más profundamente humano. Aprovechando cada espacio, acción educativa como  lugar privilegiado para  la evangelización de las situaciones cotidiana.

Sabiendo que al centro de la vida escolar está la persona, toda persona y todas las persona,  la tarea de la pastoral educativa es discernir: cómo los saberes y las ciencias  pueden dialogar con la tarea evangelizadora de la escuela de tal forma que se dé un constante encuentro y diálogo fecundo entre la fe, la cultura y la vida.

El convencimiento de apostar  por la formación de ciudadanos conscientes y críticos,  personas comprometidas con una sociedad más justa y fraterna.

Cuidar e intencionar  experiencias y encuentros con Jesús como propuestas de evangelización, para los distintos miembros y grupos de la  Comunidad Educativa que contribuyan a la Evangelización explícita del Evangelio, acompañando  las diferentes  experiencias creyentes,  tanto de personas como de grupos y comunidades que buscan a Dios como horizonte y sentido de vida.

Apostar por la formación de Equipos de Pastoral capaces de gestionar la Pastoral personas formadas y  competentes en el área, con tiempos y recursos destinados  a movilizar  a toda la comunidad educativa.

AGRADECEMOS EL ESFUERZO DE PONER EN COMÚN SUS REFLEXIONES, SUS BÚSQUEDAS E INICIATIVAS, QUE DIOS LES BENDIGA Y ACOMPAÑE EN LA MISIÓN ENCOMENDADA, TODO POR JESÚS

viernes, 30 de junio de 2017

Aporte de la Provincia Vírgen de Caacupé

Buenos Noches! 

Desde  la Provincia Vírgen de Caacupe, del área Académico – Pedagógica y Directivo –Organizativo complementamos este aporte  con lo que ya planteó Luisa del área Formativo –Pastoral.
Entendemos que una Escuela en Pastoral es aquella en la que toda la organización gestiona con criterios evangélicos, en esta escuela la  pastoral ilumina, orienta, da sentido y coherencia a todo lo que tiene que ver con  la acción educativa, y cada miembro de la comunidad educativa se siente y vive como agente de pastoral. Esta concepción, supone sobre todo un currículum impregnado por la pastoral,  en sintonía con los criterios  evangélicos.

Considerando esta concepción de Escuelas en Pastoral y mirando la realidad de las instituciones de nuestra provincia, les compartimos que desde fines del año pasado hemos iniciado un proceso de revisión, refexión y análisis sobre la gestión de la pastoral en los centros; sobre todo hemos analizado a qué  distancia estamos de ser una escuela en pastoral, dónde está centrada la fuerza  y que impacto tiene cada una de las líneas de la acción pastoral en la gestión pedagógica de nuestros centros y sobre todo en la vida de nuestros alumnos. Esta experiencia de reflexión y análisis ha sido el punto de partida para empezar a cuestionarnos prácticas, creencias, estilos de gestión y hasta el funcionamiento de nuestros centros; al mirarnos al espejo de esta realidad constatamos que aún necesitamos superar la figura de una escuela con pastoral,  con un equipo exclusivo centrado en cubrir actividades “religiosas” Cuartos de Hora, Buena Nueva, retiros, jornadas, dirigir celebraciones de misas, organizar las misiones, etc. una escuela donde la pastoral es responsabilidad exclusiva de un equipo de personas y los demás se  dedican a las "acciones pedagógicas". 

Para superar esta realidad, empezamos a soñar, pensar y diseñar un  proceso que nos permita  convertirnos en una comunidad educativa centrada en el alumno,  con un currículum iluminado por los criterios evangélicos y conectado con la vida y con la realidad. Estructuramos este proceso en  etapas:

1.  MISIóN. Construcción  del modelo de persona: partiendo de un profundo  deseo de  generar el cambio en nuestras comunidades educativas, de soñar con escuelas centradas en el alumno;  imaginamos y describimos; qué mundo vamos a vivir aquí en Paraguay dentro de 10 años y qué mundo van a vivir nuestros  alumnos dentro de 10 años , también  pensamos y detallamos cómo debe ser la persona que vive y vivirá en ese mundo, nos basamos en nuestros documentos rectores, la Propuesta  Educativa Teresiana y el documento conclusivo del VECAM. 
En este momento nos encontramos recogiendo y sistematizando los aportes de los centros  y de los diferentes estamentos para terminar de caracterizar los atributos de la  persona que deseamos formar. Nos parece importante clarificar que nuestra propuesta plantea la construcción del MODELO DE PERSONA que defina a la comunidad educativa, es decir, todos los miembros de los centros educativos, (directivos, técnicos, docentes, alumnos, padres, administrativos y personal de servicio) deben desarrollar los atributos que describen al  modelo de persona.

 2.     Nivel de IMPACTO, en base al modelo de persona vamos a definir el conjunto de impactos que pretendemos provocar en el alumno que educamos y en la comunidad educativa. Este IMPACTO   vamos a expresarlo en aspectos que tienen que ver con la vivencia de la espiritualidad, los valores y las actitudes, los marcos mentales, hábitos, los niveles de aprendizajes, comportamientos. Confiamos  que el modelo de persona al que apuntamos puede ser posible en el aula, en la organización, en la cultura organizacional, en el estilo de gestión. 

3. Concretar Modelos y Metodologías, definimos los elementos metodológicos que vamos a implementar para educar y desarrollar el  modelo de persona que definimos. (Modelo pedagógico, organizativo, de gestión, de espacios físicos).  En esta etapa se planteará  la revisión  del currículum, se tratará de instalar un proceso de tal manera  que los elementos del curriculum sintonicen con los criterios evangélicos. 
También se pretende instalar un estilo de gestión pedagógica que tienda a que el alumno descubra su proyecto vital y  a su vez, el educador  revitalice su proyecto de vida.

4.     Pasar a la Acción, en esta etapa pretendemos que toda la comunidad educativa se movilice, liderando procesos de investigación –acción y combinando la simultaneidad y la secuenciación en el proceso según sea conveniente.

5.     Resultados, expresados en competencias, habilidades, conocimientos, actitudes y valores logrados en torno al modelo de persona definido.

6.     Evaluación: Pretendemos instalar una  evaluación de proceso y de impacto. Evaluación de proceso: para determinar en qué medida se realizó lo que  que se ha programado. Evaluación de impacto: para  medir si se ha logrado el impacto esperado. A qué  nivel de impacto se llegó con relación al modelo de persona definido.

Aclaramos que todo esto  ha sido enriquecido por el proceso de innovación educativa que estamos llevando adelante con los Jesuitas y el aporte y asesoramiento de Xavier Aragay ha sido clave e iluminador. 

Esta experiencia es totalmente nueva y desafiante, tal vez, necesitemos retomar procesos o revisar decisiones, pero  somos conscientes de que “…el tiempo urge y apremian las circunstancias”, nos lanzamos y hacemos camino al andar; el trabajo en equipo, la unidad de criterios  y la articulación de acciones de cada una de las áreas del equipo de gestión de la provincia constituye una gran  fortaleza. 


Las experiencias que se van desarrollando nos van dando luces en el proceso, nos ayuda la sistematización que vamos haciendo del paso a paso  y nos inspira, nos impulsa y nos compromete la HERENCIA que nos dejó un gran SOÑADOR Enrique de Ossó,  que  vivió profundamente la problemática social de su época y concibió a la educación como medio para regenerar el mundo, confiamos en que sabremos honrar este legado.






ESCUELAS EN PASTORAL

Reflexión sobre Escuelas en Pastoral
Provincia Cristo Rey
Ámbito académico.
Quisiera compartir que al inicio, cuando escuché el término “escuelas en pastoral”, no terminaba de comprender su significado y me surgieron muchas   interrogantes como: qué estoy entendiendo por pastoral, qué nos caracterizaría como centros en pastoral y cuál es la diferencia respecto a lo que hacemos ahora, cómo se organiza un centro en pastoral y quiénes son los encargados de dinamizarlo, entre otras inquietudes.
Luego, analizando detenidamente el término, he podido comprender que pastoral es la acción que como cuerpo-comunidad-iglesia realizamos con un fin evangelizador. De esta manera, entiendo que si nos llamamos centros en pastoral, lo que significa en realidad es que todo lo que hacemos en la escuela tiene una finalidad evangelizadora.

Lo anterior es coherente con lo que la Compañía de Santa Teresa de Jesús describe respecto a la misión educativa teresiana:

“Evangelizamos como educadoras. Un modo específico de evangelizar desde nuestro ser educadoras: la educación es mediación carismática en nuestro servicio al Reino. Educamos promoviendo procesos personales y comunitarios de acuerdo al itinerario teresiano para que las personas descubran el proyecto de Dios en sus vidas, desarrollen sus capacidades y sean agentes de transformación social. Nos comprometemos en los distintos campos apostólicos con la promoción de la libertad, la paz y la justicia. Cultivamos el amor como actitud pedagógica y fomentamos la dimensión comunitaria mediante relaciones solidarias y fraternas” (Const. STJ, 2006, Cap. 4, N0.29)

Ahora bien, si entendemos que evangelizar significa anunciar la  buena noticia de Jesús y su mensaje del Reino hoy, también comprenderemos que todo lo que hacemos en la escuela teresiana ha de ser acción pastoral, es decir, evangelio, anuncio. Esto implica que la concepción de ser humano y sociedad reflejada en nuestro modelo educativo, el enfoque pedagógico y curricular, los valores que profesamos, los espacios extracurriculares, toda práctica dentro y fuera del aula, las políticas que implementamos, el modo en que gestionamos y nos relacionamos, debe estar impregnado de Jesús y todo lo que con su vida, su Palabra y su ejemplo nos enseñó. De esta manera, se puede afirmar que todas las personas que de alguna forma incidimos en la escuela, somos responsables de la acción pastoral. Por tanto, en el ambiente de la escuela debería expresarse este talante evangelizador.

Por supuesto, lo anterior supone un gran desafío; se trata no sólo de conocer el mensaje de Jesús, sus valores, las opciones que realizó, sino y sobre todo amarle y vivir una nueva vida en Él con alegría y sencillez. Procurar ser verdaderos testigos suyos y evangelizar desde los propios actos y forma de vida.


A continuación, quisiera destacar algunos puntos que me parecen relevantes en cuanto a lo que podría caracterizarnos como centros en pastoral y lo que por el contrario, considero nos distanciaría de esta realidad.

Un Centro en pastoral se caracteriza por…
Un Centro en Pastoral no se caracteriza por…
·         La dirección, la gestión, el enfoque pedagógico y toda la acción de la escuela está impregnada de la fuerza y vitalidad del Evangelio. La acción pastoral es responsabilidad de todos y todas.
·         La dirección, la gestión, lo pedagógico y la pastoral, funcionan como fuerzas paralelas, no confluyentes. La acción pastoral es asunto de unos pocos: los y las docentes de educación en la fe y responsables de pastoral.
·         Cristo es el Centro de todo el quehacer. Toda la actividad escolar se articula desde Él.
·         El centro del quehacer son los saberes y  actividades académicas, culturales y deportivas; aunque también, al menos en la escuela católica, visualizamos las actividades pastorales. Esto último muchas veces como un anexo añadido al quehacer de la institución.
·         La escuela colabora en el proyecto de Dios para la persona humana, promoviendo que los estudiantes desarrollen todas sus potencialidades. Se procura una formación integral de calidad para la plena realización y liberación de las personas, desde y para la realidad en la que viven. Se despierta en ellas una clara conciencia de sus capacidades y habilidades para participar en la resolución de problemas del entorno.
·         La escuela es un espacio para transmisión de saberes y desarrollo de conocimientos, frecuentemente fragmentados y de orden académico, cuya utilidad comienza y termina en la escuela misma. Por tanto, no contribuye al desarrollo pleno, realización y liberación de las personas; ni una clara conciencia de sus potencialidades que les mueva a participar en la solución de problemas del entorno.
·         Se fomenta la interioridad siempre, como clave para vivir en profundidad; encontrarse consigo mismo, con Dios y salir al encuentro de los demás. El desarrollo de la interioridad le permite descubrir el sentido de su existencia, trascender y responder a Dios de manera personal.
·         Se tienen experiencias puntuales de interioridad que no favorecen la profundización y dinamización de su ser interior, ni le disponen al encuentro. Los jóvenes no siempre tienen claro el sentido de su existencia, ni siquiera de su actividad (sea cual sea) en la escuela.
·         Promueve el diálogo entre la fe y la vida para la transformación social.  Lee los acontecimientos de hoy a la luz del Evangelio y forma en la conciencia crítica, la solidaridad y la búsqueda de la justicia.
·         Faltan experiencias que articulen la fe y la vida, que les hagan sentirse interpelados por la realidad en la que viven, les mueva a preguntarse y actuar a la luz del Evangelio. Poco desarrollo de la conciencia crítica.  Generalmente los y las estudiantes son consumidores pasivos de contenidos (incluso de orden religioso) muchas veces descontextualizados.
·         La escuela es un espacio de encuentro, donde se forja la nueva ciudadanía democrática y fraterna, un mundo más humano, que siente con el otro, en un ambiente animado por el espíritu evangélico. El Reino no es algo a lo que se aspira, o de lo que simplemente se habla para convencer a otros, sino que se vive.
·         La escuela no siempre es un espacio de encuentro. Por el contrario, frecuentemente es un espacio de desencuentro, con prevalencia de un currículo oculto que maneja las relaciones en dos planos: el aparente y el real. Se perciben grandes incoherencia e inconsistencias entre los fines de la escuela confesionalmente católica y la práctica.

Ahora bien, en la práctica me parece que aún no terminamos de comprender todo esto, o si lo comprendemos, aún no se percibe claramente en lo cotidiano. Considero que nos falta claridad para sentirnos todos y todas responsables de la acción evangelizadora. Generalmente, dejamos la acción pastoral en manos de unas pocas personas y frecuentemente, vemos agendas cargadas de una serie de actividades pastorales a cargo normalmente de un equipo local que incluye a docentes de educación en la fe y responsables de pastoral (más recientemente a coordinadoras/es). Estas personas organizan actividades celebrativas, sacramentales, retiros, proyección social u otros, procurando que los y las estudiantes tengan alguna experiencia de Dios. Sin embargo, estas actividades se siguen viendo en general de manera paralela y no siempre confluyente a toda la vida académica, cultural y deportiva de la escuela.

Creo que algunos de los retos más grandes que tenemos como provincia  para ser centros en pastoral son los siguientes:

·         Fortalecer la vivencia y formación integral de nuestros docentes como agentes claves de evangelización. Hemos hecho un camino muy enriquecedor con la acción – reflexión- acción y el estudio de nuestro modelo educativo en cada colegio. No obstante, aún queda bastante camino por recorrer, sobre todo en cuanto a ir conectando todo el quehacer y la propia práctica y el modo de estar y relacionarse con el sentido de ser agentes de evangelización.

·         Procurar que las aulas (aunque no solamente) sean espacios de evangelización. Procurar que las aulas sean verdaderos espacios de encuentro para convivir en un clima de motivación, respeto a las diferencias y donde se asuma la diversidad como riqueza, de modo que preparen al estudiante para saber convivir en democracia. Se ha hecho camino cambiando los espacios del aula hacia ambientes más cooperativos y se han implementado metodologías que favorecen la interacción y las relaciones de colaboración. No obstante, aún nos faltan esfuerzos para lograr aulas verdaderamente inclusivas, que de verdad respeten las diferencias sobre todo en los ritmos y formas de aprender y para aprovechar cada situación que se presente en el aula como una oportunidad educativa-pastoral.

·         Mayor énfasis en un desarrollo de capacidades de los y las estudiantes que favorezca su desarrollo integral y les ayude a sentir que pueden aportar en la solución de problemas de su entorno. Aún tenemos en la práctica un currículo bastante cargado de contenidos más bien de tipo conceptual. De este modo, no siempre se hacen procesos para que los estudiantes desarrollen capacidades integrales y transferibles a diversas situaciones problemáticas.

·         Ser conscientes de que el camino de fe que queremos hacer con nuestros estudiantes tiene que estar presente en el currículo y expresarse también en nuestras relaciones. En relación con este punto, valoro que vamos dando pasos importantes, ya que estamos procurando que el nuevo currículo, actualmente en su fase de diseño, sea un verdadero instrumento mediador coherente con los fines educativos que tenemos, con los rasgos y características que queremos desarrollar en nuestros estudiantes y con el tipo de sociedad que queremos construir.   

·         Un diálogo más profundo entre la fe y la vida que despierte más la conciencia social y el compromiso con la paz, la justicia y la transformación. Los y las estudiantes tienen experiencias puntuales orientadas a esto; sin embargo, hacen falta más esfuerzos para que no se vean como actividades impulsadas por el equipo de pastoral del centro, sino que esta conciencia y compromiso sea transversal a todas las áreas.

Hasta acá los comentarios por el momento, aunque he de decir que pronto iniciaremos una reflexión directamente vinculada con la transformación que estamos haciendo a nivel de currículo, donde tocaremos este tema con mayor profundidad.

Provincia Cristo Rey. Ámbito académico.

30 de junio de 2017

martes, 27 de junio de 2017

El documento conclusivo del V ECAM nos dice: “La finalidad de la Educación Humanizadora, Liberadora y Transformadora es contribuir a la formación integral de la  persona, para que desde un itinerario educativo teresiano, descubra el proyecto de Dios en su vida, se construya mediante el encuentro y la relación, desarrolle capacidades y sea agente de transformación social”.  (p. 12)

Queremos formar a la persona en todas sus dimensiones por lo que estamos convencidos de que la parte académica y la parte evangelizadora deben ir de la mano.

En la Provincia Padre Enrique de Ossó desde el curso pasado hemos estado profundizando en la metodología aprendizaje-servicio.  Es una metodología -o filosofía- educativa que subraya el valor de las actividades escolares solidarias al servicio a la comunidad, y desarrolla su potencial educativo conectándolas con el aprendizaje formal.  Los primeros antecedentes del aprendizaje-servicio pueden encontrarse en el surgimiento, a principios de siglo, de la corriente educativa liderada por John Dewey y William James, entre otros.

Un proyecto de aprendizaje-servicio bien planificado permite aprender contenidos curriculares, y también desarrollar competencias y formar actitudes y compromisos ciudadanos que figuran en los programas y que no siempre se concretan en el aula. Es decir, queremos que la formación del alumnado en valores teresianos incida en la sociedad, como dice la PET: “sean sujetos de encuentro, transformadores sociales”.

Así, consideramos que esta metodología activa es un camino viable para ser escuelas en pastoral y evangelizar el currículo.

Se ha trabajado este tema con Consejos Directivos, Equipos de Pastoral Teresiana de los centros, coordinaciones de sección y coordinaciones de Pastoral Teresiana.

También, los perfiles de egreso provinciales en el campo formativo de la espiritualidad teresiana, en los cuales están las competencias a trabajar desde el programa de Buena Nueva, serán enriquecidos con las competencias que esperamos desarrollar en los alumnos en el área del compromiso social tomando como base la teoría del desarrollo moral de Carol Gilligan.

De la misma manera, el resto de los perfiles de egreso provinciales en los demás campos formativos: lenguaje y comunicación, pensamiento matemático, exploración del mundo natural y social y desarrollo personal y para la convivencia integran las competencias marcadas por los programas oficiales y las competencias que contiene la PET.


Seguimos caminando en la búsqueda de integrar el currículo con la pastoral desde el horizonte del V ECAM: “desde el modo compasivo de Jesús queremos situarnos en América, en mesa compartida con los empobrecidos y excluidos haciendo posible con otros y otras caminos de inclusión y justicia desde una educación que nos humaniza, transforma y libera, en comunidades teresianas que aprenden”.

jueves, 22 de junio de 2017

A propósito de nuestro tema de reflexión en el Blog

Quisiera compartir algunos acentos en las reflexiones que se dieron en el Encuentro de la Pastoral Educativa, al cual asistí como Coordinadora del Área formativo-pastoral del ECETE,  escuchar las ponencias y experiencias de la Pastoral en el Continente simplemente fue ir  confirmando y agradeciendo nuestra Propuesta Educativa Teresiana,  todas las reflexiones coinciden plenamente con la vigencia de nuestra Propuesta Educativa Teresiana, como oferta válida, actual y desafiante para educar hombres y mujeres comprometidos con el mundo de hoy.

Hago referencia a algunos textos como marco teórico sobre la Teología de la Escuela Católica y la Pastoral Educativa ofrecida por el H. Santiago Rodríguez  Mancini. El primer planteamiento que él nos propone es una invitación a reeducarnos en la mirada, a reencantarnos con las nuevas formas en que Dios se hace presente en nuestras escuelas, centros y  colegios,  y  discernir su presencia en los niños, niñas y jóvenes de hoy:
 “Entendemos que la pastoral –la educativa y cualquier otra- parte de un serio discernimiento. Pero discernir los signos de los tiempos quiere decir que tenemos un convencimiento de fe acerca de la palabra de Dios viva en estos tiempos. Ese es el punto de partida.  La pregunta pastoral no es de ninguna manera “¿cómo hablaremos de Jesús a los hombres de hoy?”.  La pregunta pastoral es siempre “¿cómo nos habla Jesús en los hombres de hoy?”.
Quien se plantea la primera pregunta no busca signos. Está convencido de haber oído hablar a Dios y de saber qué ha dicho de una vez para siempre.  En su perspectiva, el problema pastoral es un problema de medios, un problema que reside en averiguar cuáles son las adaptaciones de lenguaje que hay que hacer para que lo mismo de siempre sea entendido hoy.
El que se hace la segunda pregunta, en cambio, sabe que el problema está en las mediaciones. Sabe que Dios habló en Jesús  de un modo único e insuperable. Pero sabe también que el Espíritu está entregado en el mundo y que Jesús es Señor de la historia…. De ahí que todo lo humano se ha vuelto expresión temporal de Dios. La pregunta por lo humano se ha hecho pregunta por Dios. Afirmar el señorío de Jesús sobre la historia es afirmar que no hay  tiempos sustraídos a su dominio. Afirmar esto es el camino del discernimiento sobre los signos de los tiempos. Es abrir la pregunta por las voces de Jesús en la cultura de hoy.  Es prepararnos para acoger la Palabra envuelta en palabras que, tal vez, no esperábamos… Este es el punto de partida de la pastoral educativa: una simpatía con el mundo. Más todavía, una mística del mundo actual. Una simpatía que es una relación de fe” (Mancini, 2015).  
Desde la mística de la Educación Teresiana le llamamos MIRAR, ABRIR LOS OJOS, formulado como tema de discernimiento en el Documento pre capitular; “Educar y educarnos para descubrir los signos de VIDA en la realidad cotidiana”.

Las reflexiones que siguieron en el Encuentro sobre la Pastoral Escolar, se iban alternando  con algunas experiencias de Pastoral Escolar en algunos Colegios del Continente…  finalmente la reflexión fue convergiendo en una serie de Condiciones necesarias para que suceda  la pastoral educativa en la escuela, las quiero compartir tal y como se propusieron en el Encuentro y que al irlas escuchando están ya concebidas nítidamente en nuestra Propuesta Educativa Teresiana y en la mirada de futuro de la Compañía de Santa Teresa de Jesús,  con lo cual no queda otra actitud que la de ser de condición agradecida a Dios, a Teresa y Enrique;

ü  La existencia de una comunidad de educadores que tenga conciencia de su misión… (“¡Ay de mi si no evangelizo!”), haciendo referencia a lo que llamamos “Equipos de Pastoral”;  personas formadas y  competentes en el área, con tiempos y recursos destinados  a movilizar  a toda la comunidad educativa.

ü  Capacidad de los Equipos de Pastoral para gestionar la Pastoral, es decir una pastoral organizada, que discierne las propuestas desde el sentido, “no desde lo que siempre se ha hecho…” teniendo en consideración todas las etapas vitales de sus estudiantes y comunidad, intereses, diferencias, pluralidad  y las  búsquedas de sus destinatarios.

ü   Una acción planificada que partiendo del discernimiento participativo sobre la realidad de sus destinatarios, sean capaces de  impulsar proyectos y acompañar procesos evangelizadores con los distintos grupos o estamentos de la comunidad educativa.

ü  Con una tarea de fondo: la síntesis;  cultura -  fe – vida,  que se realiza mediante dos procesos que se dan en la vida escolar;

ü  Dos  procesos; la evangelización de la cultura y la inculturación del Evangelio; es  lo que llamamos Curriculum Evangelizador, donde los planes de estudios o curriculum académico  y  todo lo que acontece en la escuela (la forma en que concebimos a la persona, las relaciones entre las personas -convivencia cotidiana-,  el cómo nos organizamos, las situaciones imprevistas que atendemos, los grupos o comunidades de fe, la pastoral social, misionera y vocacional),  se convierten en mediaciones educativo  pastorales  para la realización de la misión evangelizadora,  la atención pastoral a los problemas de la vida en la escuela se  convierte en el CRISOL que nos dice si es escuela en pastoral o no. 

ü  Con tres OPCIONES;  la primera es considerar que la escuela es escuela, es decir la pastoral educativa piensa en la educación como una cuestión secular, es una escuela de este mundo. Decir esto significa que el centro de la actividad escolar no está en la catequesis, la clase de religión o educación en la fe,  sino  en el mundo y sus saberes.  Sabiendo que al centro de la vida escolar está la persona, toda persona y todas las personas y por lo tanto la tarea de la pastoral educativa es discernir: cómo los saberes y las ciencias  pueden dialogar con la tarea evangelizadora de la escuela de tal forma que se dé un constante encuentro y diálogo fecundo entre la fe, la cultura y la vida.[i] Fue coincidente la afirmación de casi todos los ponentes en apostar por una  pastoral con docentes, formarles en la vida cristiana y en el carisma. Ellos hacen posible que la pastoral escolar este en el curriculum o no.

ü  La segunda opción tiene que ver con la búsqueda de construir y transformar la sociedad, toda escuela de inspiración cristiana discierne desde el lugar del pobre, desde sus causas y sus luchas, y se compromete con esa transformación.

ü  Y la tercera opción es un concebir a la pastoral en clave MISIONERA, la conciencia de que aún estamos en tierra de misión y a todos y todas hay que proponer el Evangelio como novedad…

 Finalmente se fue concluyendo que la compleja tarea escolar la podemos  pelear  desde “cuatro fuentes de batalla”:
1.       La Matriz de Aprendizaje Institucional; es todo aquello que constituye la escuela como un verdadero lugar antropológico; un espacio cargado de historia en el que la relación cotidiana nos confiere identidad particular a los que lo habitamos.  Descritos en los rasgos identitarios de nuestro carisma teresiano y en el modo de gestionar; en comunidades que aprenden.  Sin dejar de mencionar el camino iniciado en los Equipos de Gestión donde el carisma compartido entre laicos y hermanas anticipan la continuidad del carisma teresiano Enrique de Ossó.

2.       La red de sentido de la vida que la institución ofrece en su propuesta curricular. Para nosotros el fin y propósito de la Educación Teresiana: Humanizadora, Liberadora y Transformadora. Es la propuesta de una forma de vivir como cristianos y teresianos…[ii]

3.       Los espacios de explicitación del Evangelio o encuentros intencionados con Jesús como es animar, acompañar y  cuidar de las diferentes  experiencias creyentes,  tanto de personas como de grupos y comunidades,  que promovemos desde los Equipos de Pastoral, para nuestros niños, niñas, jóvenes y comunidad en general, donde hay espacios privilegiados como el Cuarto de Hora de Oración, la formación carismática, la educación en la fe, catequesis o formación religiosa, la preparación a Sacramentos, los retiros para toda la comunidad educativa, los proyectos solidarios y ecológicos, las experiencias misioneras, los amigos de Jesús, el MTA, la pastoral vocacional, etc..

4.       Lo transversal; refiriéndose  a una serie de elementos que permean transversalmente el curriculum. Elementos y contenidos que constituyen el sello o la marca de una institución educativa de inspiración cristiana, para nosotros y nosotras  el estilo teresiano de ser y hacer que nos invita a vivir la  Propuesta Educativa Teresiana.


El Encuentro  fue concluyendo  a través de todas sus ponencias con lo siguiente: La tarea es una; hacer posible la síntesis fe –cultura –vida, síntesis que puede expresarse en las competencias que todos los frentes de batalla están buscando desarrollar: aprender a conocer, a hacer, a ser y a vivir juntos. Es decir, la escuela forma competencia científica, competencia tecnológica, competencia ética y competencia comunicativa. Pero además una escuela de inspiración cristiana tiene que formar para la sabiduría, formar competencia de discernimiento. (Mancini, 2015).

Haber participado de este Encuentro me hace confirmar que La escuela Teresiana  considera, las condiciones para ser una Escuela en Pastoral: La Escuela Teresiana como oferta válida para el mundo de hoy, ratificada en  nuestra Propuesta Educativa Teresiana, convencidos y convencidas de todas las intuiciones que tuvo la Compañía al formularla,  los aciertos de la pedagogía teresiana puesta en práctica cada día,  capaz de movilizar a Hermanas, educadores, estudiantes y a  toda la comunidad,  en cada una de nuestras escuelas y colegios,  la constante búsqueda de caminos y respuestas para la sociedad de hoy (V ECAM)  y  la mirada de futuro, cualidad  visionaria  que sigue teniendo  el carisma teresiano de Enrique de Ossó,   formulado por las Hermanas de la Compañía  en este momento histórico a través de los documentos pre capitulares: “estamos invitadas a responder conjunta y complementariamente a la llamada carismática de transformar la sociedad y ser alternativa desde nuestro ser de educadores teresianos.”[iii]

Agradecida de Dios y de la Compañía por haberme permitido compartir con muchos carismas como riqueza eclesial,  este Encuentro de Pastoral Educativa, y por ratificar el orgullo y el compromiso de ser educadora teresiana.

Adjunto el link de las Memorias del Encuentro, en este sitio pueden descargar las presentaciones que se desarrollaron en el Encuentro: http://ciec.edu.co/noticias-recientes/i-encuentro-interamericano-de-pastoral-educativa/







[i] En este sentido me parece luminoso el siguiente párrafo del H. Santiago;  “El espíritu del Evangelio se encarna en lo humano. La educación en la fe más que enseñar detalles educa para el diálogo entre los saberes y el sentido, para encontrar el sentido de este mundo, para el discernimiento sobre el sentido de la vida que tendrá como marco último a Jesús.  No se trata de preparar  ciudadanos para el cielo, sino de educar personas que disciernan su vida en este mundo en la esperanza del Reino…” (Mancini, 2015)

[ii] DOCUMENTO DE TRABAJO DEL TEMA CAPITULAR, pg. 1
[iii] DOCUMENTO DE TRABAJO DEL TEMA CAPITULAR, pg. 9.